Un imán atrae a objetos hechos de ciertos metales, como el hierro, haciendo que se muevan hacía él. Sin embargo, los imanes no atraen a todos los metales. Por ejemplo, no atraen ni al oro ni al cobre.
Los imanes no atraen otros materiales, como el plástico, la madera, la tela, el vidrio y la goma.
Las fuerzas magnéticas actúan a distancia, pues no es necesario tocar un objeto con un imán para atraerlo o repelerlo.
Todos los imanes tienen dos zonas o extremos conocidos como polos, en donde las fuerzas de atracción y de repulsión son mayores que en el resto del imán. Uno de estos extremos se llama polo norte y el otro polo sur.
Cuando acercas polos diferentes de dos imanes, estos se atraen. Si los polos son iguales, la fuerza es de repulsión.
Genial!
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